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Proyecto Hidroeléctrico Las Placetas: Preocupaciones Ambientales y de Corrupción


Introducción

El Complejo Hidroeléctrico Las Placetas, planificado en las montañas centrales de la República Dominicana, es un proyecto envuelto en controversia. Aunque se presenta como una fuente de electricidad "limpia", ambientalistas y miembros de la comunidad expresan preocupaciones significativas sobre su posible impacto en los ecosistemas y comunidades de la región.


Impacto Ambiental

El proyecto, que implica la construcción de una presa y tres embalses en el Parque Nacional Armando Bermúdez, amenaza la diversa flora y fauna de la región, que incluye las cumbres más altas del Caribe. Afecta directamente a tres ríos críticos: Río Bao, Río Jagua y Yaque del Norte, que ya están bajo presión por las presas existentes que reciben poco o ningún mantenimiento.

Según un informe de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la licencia ambiental para el Proyecto Hidroeléctrico Las Placetas no es válida para las últimas estructuras del proyecto. El informe indica que el estudio ambiental original realizado en 2009 para el proyecto, sustancialmente más pequeño en alcance y costo, no puede aplicarse al proyecto significativamente expandido tal como está en 2022. Esta discrepancia en el alcance del proyecto y la evaluación de impacto ambiental desactualizada cuestionan la legalidad y viabilidad ambiental de los planes actuales del proyecto. El informe subraya la necesidad de una nueva evaluación ambiental integral para reflejar la escala y el impacto actual del proyecto.


En una conversación virtual organizada por la Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), el ingeniero Alex Ramírez de Marchena expresó serias preocupaciones sobre el riesgo sísmico asociado con la construcción de la presa de Las Placetas. Según sus declaraciones, una falla sísmica atraviesa el área donde se planea construir la presa. Esta revelación, publicada en un video en el muro de Facebook de SOECI, ha causado temor y preocupación entre las comunidades a lo largo de los ríos Jagua y Bao, así como en Santiago y otros pueblos. Construir una presa sobre una falla sísmica representa un riesgo inminente para todas estas localidades, y el gobierno, impulsado por la ambición de las partes interesadas, no debería someter a estas comunidades a vivir atemorizadas con la incertidumbre de que se produzca un desastre provocado por un gran terremoto. La Coalición Socioambiental en Defensa de La Sierra señaló que, a pesar del anuncio del proyecto hace 16 años, la construcción aún no ha comenzado, despertando sospechas. Cabe destacar que en el país existen 14 fallas sísmicas activas que podrían desencadenar un terremoto en cualquier momento. Cuatro de estas fallas atraviesan la Cordillera Central.


Esta situación en la República Dominicana refleja la trágica catástrofe de la presa Vajont en Italia. El 9 de octubre de 1963, un deslizamiento de tierra catastrófico en el Monte Toc causó el colapso de aproximadamente 270 millones de metros cúbicos de roca en el embalse de la presa Vajont a altas velocidades, creando una ola masiva que rebasó la presa y resultó en la muerte de unas 2,000 personas. Esta catástrofe, una de las peores catástrofes ambientales antropogénicas de la historia, fue una consecuencia directa de la actividad humana en una zona sísmicamente activa, una historia que resalta los riesgos de ignorar los factores geológicos y ambientales en proyectos de construcción a gran escala.


Dadas las similitudes en los riesgos potenciales, es crucial que las autoridades de la República Dominicana atiendan las lecciones del desastre de Vajont y reevalúen el proyecto de Las Placetas, considerando los significativos riesgos sísmicos identificados en la región.


Un informe del gobierno holandés en abril de 2021 resaltó


la vulnerabilidad de la República Dominicana al cambio climático, clasificándola en el puesto 11 a nivel mundial en términos de amenazas de desastres ambientales. El informe enfatizó una reducción prevista del 15% en las precipitaciones y una reducción del 22% en el flujo del río Yaque del Norte para 2025. Esto pone en duda la viabilidad y eficiencia de las presas hidroeléctricas en la región.


Además, la región está experimentando una deforestación a gran escala y una intensa tala de árboles, lo que exacerba el impacto ambiental. Las comunidades aguas abajo, a las que se prometieron beneficios como agua potable y electricidad, históricamente no han recibido estas promesas. La construcción también plantea riesgos para la salud debido a posibles aumentos en enfermedades transmitidas por mosquitos y floraciones de algas en los embalses.


Preocupaciones por Corrupción

El proyecto, originalmente planeado hace más de 14 años, ha estado plagado de irregularidades financieras. Inicialmente estimado en alrededor de $70 millones, los costos se han disparado, con proyecciones actuales que superan los $850 millones. Este dramático aumento desde el presupuesto original, que luego aumentó a $350 millones, plantea serias preguntas sobre la gestión financiera y la transparencia. El gobierno actual, liderado por el presidente Luis Abinader, planea reiniciar el proyecto, pero persisten las preocupaciones debido a la falta de aportes adecuados de la comunidad y estudios integrales de impacto ambiental. Este aumento en el costo intensifica aún más las aprensiones existentes sobre la corrupción y la mala asignación de recursos.

El líder del proyecto, el conglomerado brasileño Andrade Gutierrez, tiene un historial de multas por corrupción en proyectos globales. A pesar de estas señales de alerta, el gobierno dominicano continúa impulsando el proyecto como una iniciativa público-privada, aparentemente ignorando las implicaciones ambientales y éticas.


Oposición de la Comunidad

Una encuesta realizada en 2021 por Juan de Dios en la Tierra Inc. de Nueva York indicó una fuerte oposición al proyecto, con la mayoría de los residentes locales (más del 90%) y la diáspora dominicana de los municipios de San José de las Matas y Janico en contra. Hasta el día de hoy, esta oposición sigue siendo fuerte, reflejando las preocupaciones continuas de las comunidades directamente afectadas por el proyecto.


Conclusión

El Complejo Hidroeléctrico Las Placetas representa una amenaza significativa para el medio ambiente y las comunidades de la República Dominicana. Su desarrollo contradice las estrategias declaradas por el gobierno para proteger los ríos y garantizar los derechos al agua limpia. Mientras las fuentes alternativas de energía permanecen inexploradas y la infraestructura existente subutilizada, los grupos ambientales buscan apoyo para detener este proyecto potencialmente devastador.




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